Discos Monterey recupera el primer álbum de los Black Sugar, grupo peruano esencial de los 70, pionero del latin funk   

Si existe el llamado latin funk es gracias a bandas pioneras como los Black Sugar, formación peruana creada a principios de los setenta que grabó dos discos fundamentales para el género afroamericano y latino. Un par de álbumes que ahora reedita Discos Monterey con la acostumbrada calidad sonora y visual a la que nos tiene acostumbrados. Por el momento ya está disponible la primera entrega, un trabajo con título homónimo que salió al mercado discográfico en 1971 editado por Sono Radio con nueve espectaculares canciones en las que se funden, mediante un poderío y una pasión desbordante, tempos y melodías hilvanados con destreza y pasión a raudales. Ritmos latinos y sonoridades de R&B aderezadas por matices psicodélicos para dar vida a un disco muy completo que vuelve a la actualidad gracias al gran trabajo discográfico del sello valenciano. Nueve canciones que harán enloquecer a los fans de la música bailable y lisérgica del momento de las cuales ocho son propias más una versión espectacular de la banda sonora de la película  “The Owl and the Pussycat”.  

Trayectoria

Las raíces de esta banda surgen de los Far-Fen (sílabas del Farfisa y la Fender),  formada a finales de los sesenta por el guitarrista Víctor “Coco” Salazar y Miguel “Chino” Figueroa a los teclados. Un noche, y de forma espontánea, se les suma la sensacional voz de Carlos “Pacho” Mejía.  En los setenta, en la capital peruana escaseaba el azúcar “blanco” y se consumía el de caña, más oscuro. De ahí surge el nombre del grupo. Perú está en plena dictadura y los militares son contrarios  a la música que no proceda del folclore peruano. El rock and roll de raíces foráneas languidece por la imposición del poder establecido y surgen los Black Sugar cuya principal habilidad es mezclar, con una pasión enorme y una habilidad fascinante, los sonidos latinos y el funk que procedía de los Estados Unidos.

Black Sugar

El resultado de su trabajo son dos discos memorables, con gran parte de temas propios  y la mayoría compuestos por Pacho. El primero, con título homónimo, sale en 1971 editado por Sono Radio, cuyo director musical Jaime Delgado Aparicio se encarga de los ardientes arreglos con generosos metales y enérgica percusión. La banda estaba formada por: Victor «Coco» Salazar a las guitarras y pandereta; Jorge Chávez al saxo alto y flauta; Coco Lagos, Miguel Salazar a los bongos y percusión; Roberto Valdez al bajo; Miguel «Chino» Figueroa al piano y órgano; José «Arroz» Cruz a la percusión; Antonio Ginocchio a la trompeta y trombón; Carlos Mejía a la voz solista y principal compositor. El disco fue grabado con Luis Temple, Manuel Bellido, Willy Castro y Pascual Saldarriaga en el estudio 1 de Industrial Sono Radio. Cuenta con la producción de Jaime Delgado Aparicio, quien falleció a los 40 años en 1982,  y la fotografía de Carlos Aramburú. Cantado en inglés, consiguen colarse en el Top Ten de las listas de Miami con la  canción “Too late”. Incluso recibieron una oferta para grabar el siguiente trabajo en los Estados Unidos pero deciden permanecer en su país. El segundo disco titulado “Black Sugar II” se lanza en 1974 con sonido “cuadrafónico” aprovechando los magníficos estudios de la disquera. A partir de mediados de los setenta empezaron las deserciones. En 1978 la Tamla Motown les saca un single con los temas “Baila / Sha La La Means I Love You” seguido del single “Muevete, Muevete / La Camita 78” editado por Corona ese mismo año. No sería hasta 2010 que se recuperaría el proyecto con algunos históricos y músicos más jóvenes.  

La reedición de Monterey conserva la portada abierta original, en vinilo negro de 180 gramos más una tirada limitada en amarillo.

Las canciones

Black Sugar

El disco se abre con “Too Late”, sinuoso movimiento inicial de jazz funk, al que se añade el piano y la percusión latina. Una melodía cautivadora que desgrana la poderosa voz principal bien respaldada por una brillante sección de metal.  Sigue con “Viajecito”, otra exhibición de  recursos lisérgicos selváticos entremezclados con geniales movimientos instrumentales a base de riff de bajo, congas, guitarras y piano más los esenciales metales que nos invitan al viajecito “si quiere gozar” con esos suculentos coros. Incluyen un sensacional solo de trompeta. Le sucede “The Looser” con su entregado ritmo funky en el que destacan los poderosos metales, las ágiles guitarras y la compenetrada sección rítmica, con especial presencia del bajo y las congas, entre detalles ejemplares de órgano más la cautivadora voz principal con un recorrido final entre psicodélico y bailable francamente espectacular. Continúa con “This Time”, envolvente tema de guitarra psicodélica y voz cariñosa cantando en inglés con suculento acompañamiento de órgano y rumbosos detalles de metales que engrandecen la melodía principal. Acaba la cara con “Funky Man” con un tremendo despliegue de elementos de funk con presencia destacada de los metales, las guitarras, y una rítmica perfecta de bajo y percusión imaginativa. Un tema instrumental bailable que te conquista de principio a fin.  

Black Sugar

La B arranca con “Understanding” vibrante corte que aúna elementos fabulosos de órgano, guitarra, metales más voz y sección rítmica impecable generando un cúmulo de intensidades que beben tanto de lo latino como del jazz, el soul y el funk más sofisticado con final apoteósico.  Prosigue mediante “When You’re Walking”, otra elegante y apasionada canción en el que se suman recursos vocales e instrumentales muy bien hilvanados consiguiendo una atmósfera placentera a base de matices enternecedores. Una orquestación magnífica en la que destaca un ácido solo de guitarra y la aportación jazzística del piano. Van acabando con “When I Needed Someone” a base de guitarra acústica, solo incluido, órgano, bajo y percusión más voz, perfilando un tema que se acerca a la bossa nova con otra melodía de ensueño.  Finaliza el disco con “Pussy Cat”, versión latina de la suite de “The Owl and the Pussycat”, banda sonora de Richard Halligan, de la película del mismo nombre, interpretada por Blood, Sweat & Tears en 1971. Con entrada recóndita de la contagiosa percusión, creciendo compás a compás, nos introducen en una atmósfera misteriosa en la que sobresalen toques de bajo, teclados, órgano y, finalmente, los siempre convincentes metales entre efectos de cuerda.

Canciones cargadas de erotismo con matices psicodélicos y un ritmo irresistible

Reflexión final 

Black Sugar

Tal y como se lee en la carpeta abierta de esta fenomenal disco: «My world is not strange, it’s different…that’s all». Escuchar a los Black Sugar es volver a la noche peruana de los setenta con una música ardiente, cargada de sensualidad y ritmo. Canciones brillantes a cargo de una banda cohesionada que supo materializar un proyecto de fusión memorable, muy original, destacable  a nivel internacional. En este, su primer disco, reeditado este 2023 por Monterey de Valencia, la gran mayoría de los temas son propios, interpretados por los mejores músicos de la época. Desde la perseverante sección rítmica a los grandiosos metales pasando por las imaginativas guitarras y teclados, oímos en todo momento a unos geniales instrumentistas que logran compenetrar su indudable destreza para respaldar magníficamente a la no menos magistral voz principal, aportando figuras solistas que redimensionan las melodías con unos resultados espectaculares. Las  canciones, cargadas de erotismo con matices psicodélicos y un ritmo irresistible, se me antojan absolutamente memorables y estoy convencido de que harán las delicias de todo amante de los sonidos afrolatinos y, por supuesto, de toda la buena música en general.   

Nota: No se recomienda escuchar el disco en las subidas completas del álbum en youtube porque hay numerosos errores en el orden de las canciones cuando no se mezclan con posteriores obras del grupo. Por tanto, si quieres disfrutar de tan excelente trabajo, correctamente, hazte con una copia del álbum en vinilo negro o mediante una copia de la tirada limitada en color amarillo.     

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